El desempleo en España es una de las mayores preocupaciones que tienen los ciudadanos, actualmente se encuentra en el 15.1 %, muy por encima de la media de la Unión Europea, situado en el 6.1%. Además, este problema se agrava si hablamos de desempleo juvenil; de acuerdo con los últimos datos que muestra EUROSTAT, correspondientes al pasado mes de noviembre, las y los jóvenes que forman parte de la población activa, y no encuentran trabajo son el 37.9%, cifra que llegó a alcanzar el 51.1% en 2015, y que afortunadamente, ha ido disminuyendo hasta el momento. Sin embargo, lo único positivo que se puede extraer de este dato es el hecho de que, para los menores de 25 años, el desempleo juvenil no diferencia por sexos, afecta a mujeres y hombres por igual.
La educación universitaria está cada vez menos al alcance de los jóvenes debido a sus elevados precios. En Catalunya en particular, según el informe publicado el año pasado por OSU (Observatorio del Sistema Universitario), es la comunidad autónoma que cuenta con las tasas universitarias más elevadas. Cabe tener en cuenta que la tasa de paro de los jóvenes de 20-24 años con estudios superiores es del 25,96%, tasa que se ve reducida en 7 puntos si hablamos de aquellos en edades comprendidas entre los 25-29 años. Las empresas cada vez demandan más graduados en Formación Profesional, y aunque cada vez más jóvenes se decantan por ésta opción, en España sigue firme el pensamiento basado en que una carrera universitaria es más prestigiosa y garantiza un futuro empleo, reflexión que queda desmentida por los datos indicados anteriormente.
Por otro lado, manifestar que, de media, los jóvenes cobran la mitad que el resto de trabajadores asalariados, ya sea porque un gran número de nosotros tenemos contratos a tiempo parcial i/o temporales, a pesar del deseo, en muchos casos, de trabajar a jornada completa, y contratos formativos, los cuales autorizan una retribución del 60% del salario de lo correspondiente a otra persona de su misma categoría profesional. Todo esto, sin pasar por alto la situación de los becarios; como hemos denunciado anteriormente desde Joves USOC, el 58% de los alumnos en prácticas extracurriculares no reciben una retribución por su trabajo, y ésta es una práctica a la que cada vez más empresas recurren, y sobre las que no hay ningún tipo de control por parte de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social o cualquier otra institución.
En conclusión, las y los jóvenes de la USOC denunciamos las pocas medidas que ha implantado el gobierno para hacer descender la tasa de paro de los jóvenes, y el desafortunado impacto que sigue teniendo la última Reforma Laboral, por la que, entre cosas, se ha precarizado, si cabe, aún más el empleo, y se ha establecido una regulación sobre los contratos formativos que permite que las empresas realicen éstos contratos a una misma persona que ya ha trabajado con ellos alegando una nueva titulación.
Señalar por último, que el desempleo juvenil y la respectiva brecha salarial son causa del retraso de la edad de emancipación de los jóvenes y de la edad en el que las mujeres son madres, así como, en parte, del descenso de la natalidad. Sin olvidar que somos los jóvenes quienes tenemos que sustentar el pago de las pensiones de jubilación sin, desgraciadamente, tener una garantía de una pensión digna para nosotros en el futuro.