Articulo publicado en nuevatribuna.es
El contrato único es una de las propuestas de Ciudadanos y UPyD para las elecciones generales de 2015. A escasos días de la cita electoral conviene reflexionar y analizar la propuesta de ese modo de entender que proyectan estos dos partidos para el futuro del mercado de trabajo en España. Es importante poner de manifiesto que los agentes políticos que promulgan este nuevo sistema no han aclarado cómo se articulará el contrato único en la práctica, ello provoca oscuridad jurídica sobre la mencionada fórmula.
Para entender esta propuesta, es necesario un análisis del actual mercado de trabajo, este viene marcado por la flexibilización de las condiciones laborales. Estas flexibilizaciones han sido propiciadas por las reformas del Estatuto de los Trabajadores, y han reducido la indemnización por despido improcedente, permitido una gran discrecionalidad para argumentar despidos, modificar contratos, dotando de un poder unilateral al empleador para ejecutar decisiones relacionadas con sus trabajadores, cuando anteriormente esas mismas decisiones tenían un mayor carácter consensual.
Por lo expuesto, la temporalidad contractual se ha convertido en práctica predominante en el país, ello ha generado plantillas de trabajadores temporales cuasi deslegitimados para negociar convenios colectivos, y con ello un mayor apoderamiento del empresariado, dejando la negociación colectiva en el ámbito de la fantasía y el recuerdo, lo que a su vez redunda en el empobreciendo de un país con larga tradición obrera.
Ante la precarización de las condiciones laborales ¿Qué supone el contrato único de Ciudadanos y UPyD?
Ciertamente, tal y como se expone por parte de ambos partidos políticos, el contrato único parece suponer un arreglo administrativo; ambos están planteando y explicando a la opinión pública este punto desde una lógica ciertamente opaca, que impide a la sociedad analizar la propuesta, entenderla y valorarla de manera eficaz. Desvirtuando de ese modo la finalidad y el motivo de todas las lógicas democráticas, impidiendo a la sociedad participar en una de las decisiones más importantes que se han de tratar en estos momentos.
Las opiniones más formadas sobre esta materia afirman que ciertamente existe una dualidad entre contratación temporal e indefinida, y ello principalmente es lo que parece que pretende atajar dicha El contrato único es una de las propuestas de Ciudadanos y UPyD para las elecciones generales de 2015, una solución tangencial que no aporta ninguna mejora para la clase trabajadora.
Al parecer, y según se ha anunciado, se pretende equiparar la indemnización por despido “temporal-indefinido”.
¿Se pretende equiparar la indemnización del indefinido al temporal? ¿Se pretende equiparar la del temporal al indefinido? ¿Se pretende buscar un término medio? ¿De qué término medio se trata? ¿Todos los contratos serán temporales? ¿Todos indefinidos?
Según el programa electoral de Ciudadanos, se pretende utilizar un sistema progresivo, cuanta más antigüedad, mayor indemnización, y además se propone que cada trabajador se pague su propio despido mes a mes.
Ello enmascara que la empresa no será sancionada por despedir improcedentemente a un trabajador, dado que este se ha pagado su propia indemnización en el transcurso de su relación laboral, del mismo modo, se enmascara el despido a coste cero. Todo ello conllevará la desaparición de la función sancionadora de la naturaleza indemnizatoria por la amortización de un puesto de trabajo, y no va a fortalecer ni favorecer la ya asediada posición negociadora del trabajador. A mayor abundamiento, nada se dice sobre las cuestiones más relevantes de las anteriores reformas laborales.
La contratación actual en España es indefinida por defecto, pero se estipula el contrato temporal en casos específicos y por causas que habiliten al empleador para el uso de dicha fórmula, cosa bien distinta es la realidad a la práctica.
¿El contrato único eliminará los regímenes especiales agrarios, y del mar? ¿Contratos de prácticas? ¿Contratos subvencionados? De no ser así, el mensaje que estos partidos políticos predican es inexacto, ambiguo y nos aboca a un equívoco. Se trata de una propuesta que pretende salir por la tangente aprovechando el gran desconocimiento sobre la materia de la sociedad española.
¿Permitirá el despido único una indemnización inferior a la actual? ¿Se seguirá permitiendo la unilateralidad empresarial para argumentar dichos despidos, modificaciones, etc?
Ciudadanos y UPyD han planteado una estrategia poco clara en la materia, ofreciendo una solución tangencial, que no aporta ninguna mejora para la clase trabajadora. Los mencionados partidos abordan la defensa de sus ideas mediante un sistema poco ético y poco responsable, habida cuenta de su falta de rigurosidad al exponerse clara y efectivamente a la opinión pública, tiene como único fin, impedir que la sociedad española, en pleno conocimiento de causa pueda crear libremente su propia opinión.
No obstante, otros partidos políticos se han expuesto en un mayor grado, anunciando propuestas mejor definidas, más detalladas, que permiten al ciudadano ser parte de ellas, madurar, y ser sujetos políticos.
Ciertamente, a estas alturas, sin un solo atisbo de duda, dichas propuestas enmascaran un abaratamiento progresivo del despido improcedente, pretenden sustituir la indemnización por el auto-pago del trabajador de su propia indemnización, un empeoramiento de las condiciones de trabajo, y no ayudan a los principios de reparto de poder de los agentes sociales, principios propios de las sociedades democráticas, colocando al empresario en una posición erga omnes.